El dato configura el mundo de hoy en día, un elemento que está presente en todos los ámbitos y cuyo crecimiento es imparable en términos de poder e influencia. La utilización de los datos abre un amplio abanico de posibilidades, pero requieren ser analizados, interpretados y el conocimiento que encierran, extraído.
No obstante, no todos los especialistas y las empresas son conscientes de cómo sacar el máximo partido a esta situación, especialmente en un nuevo ecosistema de datos compartidos que deriva de la aplicación de la nueva normativa de medios de pago PSD2.
Así, para obtener una rentabilidad real de los datos es necesario, en primer lugar, analizar el estado de una organización en base al nivel de confianza en los datos como un activo estratégico y el nivel de madurez en las personas, procesos y tecnologías que rodean a los datos en una empresa.
A partir de este análisis se podrá posicionar a cada empresa según cuatro perfiles; el inactivo, que no tiene en cuenta la calidad de los datos, el reactivo, que no cuenta con puestos específicos de data, pero emplea tácticas basadas en departamentos en silos, el proactivo, que implementa sponsors, foros y métricas, tiene una responsabilidad clara entre negocio e IT y pone el foco en descubrir y analizar el origen, y el optimizado, que cuenta con la presencia de un Chief Data Officer responsable de todos los datos de la compañía, cuenta con un seguimiento de la calidad de los datos como un estándar operativo e incluye una plataforma para el perfilado, seguimiento y visualización de los datos.
Una vez contrastada la situación de la organización, el análisis de los datos disponibles y su calidad con herramientas de Data Quality, se podrán llevar a cabo estrategias de segmentación de clientes, además de poder mejorar procesos internos en los que intervienen los datos de clientes. Sólo así es posible la personalización de los mensajes y canales de comunicación para mejorar la experiencia del cliente y la optimización de los procesos en los que estén involucrados dichos datos.
Finalmente será necesario integrar herramientas y datos nuevos, de terceros, que puedan complementar los ya existentes, como pueden ser movimientos de cuentas bancarias, de tarjetas, información de cuentas de ahorro, etc. son algunos de los nuevos datos a los que se tendrá acceso con la entrada en vigor de la normativa PSD2 en septiembre de 2019. Si toda esta información la complementamos con la analítica avanzada, la inteligencia artificial y el machine learning, tendremos la capacidad de sacar el máximo partido a los datos.
Es importante tener en cuenta que para los proveedores de soluciones en este nuevo ecosistema de datos será básica la implementación de soluciones que garanticen la seguridad de los mismos, pero no solo desde el punto de vista de la protección sino también desde la óptica de la veracidad de los datos, que los mismos correspondan a las personas a las que están asociados.
Por otro lado, es esencial contar con expertos especializados (matemáticos, físicos, estadísticos, etc.) en estas tecnologías y que además sean conocedores de la regulación que afecta al empleo de datos como: el Reglamento General de Protección de Datos, la nueva normativa de medios de Pago, entre otras.
La combinación de herramientas, conocimientos y datos en una plataforma que permita configurar reglas para realizar simulaciones y predecir el comportamiento de los clientes de una forma similar a la real, permitirá que la toma de decisiones estratégicas esté fundamentada y sea robusta.
Finalmente, no debemos olvidar que las empresas se enfrentarán a los frenos de los consumidores por permitir el uso de sus datos, por lo que, las empresas más exitosas serán las que consigan ganarse la confianza de sus clientes, aquellas capaces de incentivar la compartición de datos que, como contraprestación, ofrezcan un mejor servicio, seguro y sencillo de utilizar.