En la actualidad, los modelos de gestión bancaria más acertados son aquellos que ponen al cliente (y no al producto) en el centro del negocio. Un cliente cada vez más digital, con menos apego a ninguna marca o entidad y en un entorno de relación no presencial.
Todo lo mencionado, hace que sean imprescindibles las herramientas de business intelligence y big data en la obtención de información relevante para la correcta segmentación y gestión personalizada de cada cliente.
En este contexto surgen nuevas fórmulas de integración de información a través de API´s (interfaces de programación de aplicaciones) que permiten el acceso a nuevas fuentes y el intercambio recurrente y seguro de información entre aplicaciones. Estas API´s son el vehículo a través del cual el modelo de Open Banking facilita el intercambio de información entre entidades financieras.
En este modelo, los clientes tienen la posibilidad de ofrecer su información financiera con un simple consentimiento bajo las premisas del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR por sus siglas en inglés), siendo las entidades financieras custodios de dicha información y no poseedores únicos de la misma, como hasta ahora venían siendo. El sistema de Open Banking obliga a las entidades a compartir esta información con terceras empresas con estructuras más flexibles y con procesos tecnológicamente más avanzados y eficientes.
Desde la multinacional financiera Experian, su Directora de Open Banking en España y Portugal, Aisha Ramón, asevera que el Open Banking ha creado una nueva realidad en el sector financiero, agilizando el proceso burocrático y la experiencia de usuario digital.
En un entorno tan cambiante, donde la información personalizada y acertada del cliente se hace vital para el éxito comercial de las empresas, el Open Banking se posiciona como el mejor sistema para obtener información y procesar los datos para enriquecerlos a través del Machine Learning, para realizar estimaciones y predicciones en la toma de decisiones y disminuir el riesgo y poder ofrecer productos/servicios personalizados a los clientes.
Es cierto que en un primer momento algunos clientes pueden mostrarse reticentes a que se comparta información tan sensible como su patrimonio financiero gestionado, sus hábitos de uso de tarjetas de crédito o financiaciones de consumo. Estas reticencias irán desapareciendo al comprobar que el intercambio de información que genera el Open Banking reportará al cliente una mayor rapidez en los procesos bancarios y un asesoramiento en servicios y productos más ajustados a sus necesidades reales. Y, por supuesto, de una manera completamente segura y confidencial.
En este sentido, el estricto cumplimiento del GDPR dará al cliente la seguridad que necesita. A ello se refiere Aisha Ramón al decir que se debe cumplir la legislación de privacidad de los datos del cliente por parte de la entidad bancaria y el tercer implicado, siempre informando al cliente de qué información se va a compartir y con su consentimiento expreso. El usuario siempre tiene el control total de sus datos bancarios, pudiendo revocar el consentimiento en cualquier momento.
Sin duda, el Open Banking es una de las mayores revoluciones que vive un sector en constante cambio en los últimos años.